El trabajo de Guzmán es difícil de clasificar, pero su extremadamente original estilo empezó a tomar forma entre 1971 y 1972, profundamente enraizado en el surrealismo. A medida que maduró y que sus elementos iconográficos que aludían al comportamiento social y personal de los habitantes de la ciudad de México aumentaron, su estética radical solidificó su lenguaje individual, el cual continúa creando un fuerte impacto tanto entre el público en general como en la comunidad artística.