Fernando Botero (Medellín, Colombia 1932), siempre referente a la condición humana, crea un universo sin sombras, radiante de luz, lleno de imágenes felices y satisfechas donde habita una nueva raza, un hombre diferente, pleno y optimista. A través de la metáfora nos lleva por caminos intrincados, por momentos difíciles, pero que finalmente nos conducen a un solo sendero, el del goce de la contemplación. La exposición documentada en este catálogo contó con el valor agregado de estar integrada por piezas de la colección particular del artista.