Aferrado a la complejidad del acto, las esculturas de Abraham Cruzvillegas son construcciones exuberantes que sacuden al espectador gracias a su sentido de extrañeza, enfatizando cuidadosamente las impresiones de inestabilidad y transformación. Asentado en la Ciudad de México, sus obras están mayoritariamente compuestas por una diversidad de objetos que encuentra en su ciudad y logra conectar elementos dispares a través de diversas técnicas como el empalme, la técnica de nudos o el incruste de un objeto dentro de otro.