Las pinturas de Susan Rothenberg posen tal sutileza, fuerza y refinamiento, que pueden ser apreciadas por personas de todos los gustos y edades. Su lenguaje y propuesta son universales. Con una extraordinaria sensibilidad fuciona la figura y la abstracción; y así, desde una sugerida silueta ósea o equina, que adquiere su muy particular dinamismo a través de una reducida paleta, hasta los poderosos geometrismos rojos, azules o amarillos, Rothenberg siempre tiene algo maravilloso que comunicar.